5 cosas que NO puedes hacer con las acuarelas (o casi)
Las acuarelas son una técnica artística maravillosa y versátil, pero también tienen sus particularidades y limitaciones. A diferencia del óleo o el acrílico, las acuarelas requieren un enfoque distinto y un conocimiento específico de lo que no se puede hacer con este medio.
Una de las diferencias más notables es el uso del color blanco.
En este artículo, exploraremos esta y otras limitaciones que definen el mundo de las acuarelas.
1. No puedes usar el color blanco para crear opacidad
A diferencia del óleo y el acrílico, donde se puede mezclar blanco para obtener tonos más claros y opacos, en las acuarelas el color blanco prácticamente no se utiliza de la misma manera. En lugar de agregar blanco para aclarar los colores, se emplea la transparencia del pigmento sobre el papel blanco para crear áreas de luz y brillo.
En esta obra mixta que acompaña el artículo de Martina Bulková podrás observar que las olas son pinceladas de acrílico mientras que la gaviota o las transparencias del cielo aprovechan el blanco del lienzo para obtener los distintos contrastes.
Aquí puedes observar de manera significativa la diferencia entre lo que puedes hacer con la acuarela y lo que no.
El papel como fuente de luz
El papel blanco actúa como la fuente de luz en una pintura de acuarela. Los artistas deben planificar cuidadosamente sus obras para dejar áreas en blanco que representen las luces más brillantes.
Esto requiere una técnica llamada "reservado" o "enmascarado", donde se evita pintar sobre ciertas áreas para mantener el blanco del papel intacto.
También puedes pintar o usar una técnica denominada acuarela en negativo, tal y como la explica Luigi Martínez en domestika.
2. No puedes corregir errores fácilmente
En las acuarelas, los errores pueden ser difíciles de corregir. A diferencia del óleo o el acrílico, donde se pueden pintar capas opacas sobre errores para ocultarlos, las acuarelas son más difíciles de manipular una vez aplicadas.
La transparencia del medio significa que cualquier intento de cubrir un error suele resultar en una mezcla embarrada y poco atractiva.
Planificación y precisión
Debido a esta limitación, la planificación y la precisión son esenciales. Muchos artistas de acuarela hacen bocetos preliminares detallados y utilizan técnicas de enmascaramiento para proteger áreas del papel que deben permanecer blancas.
Con los años y el desarrollo de una mejor habilidad puede que no te haga falta enmascarar porque en tu planificación ya sabes qué pintar y qué no, sin embargo seguirá siendo necesario especialmente cuando quieres áreas precisas sin pintura con ángulos y líneas rectas.
3. No puedes lograr la misma textura gruesa y opaca
Las acuarelas, por su naturaleza, son transparentes y ligeras. No permiten la creación de texturas gruesas y opacas que se pueden lograr con el óleo o el acrílico.
Las capas de acuarela se aplican finamente y se mezclan con el agua, lo que da como resultado una apariencia suave y etérea.
La mayor parte de sus técnicas se basan en las aguadas, lavados o veladuras. Es decir, pintura disuelta en agua que se extiende y se mezcla, por así decirlo, con el blanco previo del papel o lienzo. La superposición de capas traslúcidas cambian la tonalidad del color creando interesantes efectos sobre el papel.
Pero el blanco siempre está ahí, debajo de todo. El reflejo de la luz en el papel a través de esas capas es lo que crea el efecto en conjunto de la obra al visualizarla.
Uso de técnicas alternativas
Para añadir textura, los acuarelistas utilizan técnicas como salpicaduras, esponjados y raspados, pero estas no crean la misma sensación tridimensional que las técnicas de empaste en óleo o acrílico.
Es decir, al final para obtener ciertos acabados el o la acuarelista debe recurrir a subterfugios y trucos para simular el mismo efecto que las pinturas opacas.
Las pinturas opacas como los acrílicos, óleos o pasteles no permiten que la luz llegue al lienzo del fondo. La luz se refleja directamente sobre el pigmento y éste es el que debe aportar la sensación pretendida al color.
4. No puedes controlar completamente el flujo del agua
La acuarela es un medio que a menudo tiene mente propia debido a su interacción con el agua. Mientras que los artistas pueden guiar y influir en el flujo de la pintura, no tienen un control absoluto sobre cómo se esparcirá el pigmento.
Posiblemente esta es la mayor fuente de frustración al desarrollar una técnica de acuarela.
Aceptación y adaptación
Parte del encanto y desafío de la acuarela es aprender a aceptar y adaptarse a los efectos inesperados del agua. Este aspecto puede ser frustrante para aquellos acostumbrados al control total, pero también puede conducir a descubrimientos creativos y únicos.
Si te gusta la precisión quizás la acuarela no sea la técnica que necesitas. Eso no quita que no puedas trabajar el realismo. Muchos artistas se enfrentan al desafío de crear obras de este estilo con acuarelas.
Pero es como cuando alguien quiere usar un Fórmula 1 para circular por pistas de todo terreno. ¡Lo vas a tener muy difícil! Las acuarelas están pensadas para crear obras que te hagan soñar, no solo observar y ver el objeto representado.
5. No puedes obtener colores tan intensos y saturados
Aunque las acuarelas pueden ser vibrantes, no siempre alcanzan el mismo nivel de saturación que los óleos o acrílicos, especialmente en aplicaciones de una sola capa. La naturaleza transparente del medio significa que los colores tienden a ser más suaves y luminosos.
En no pocas ocasiones nuestro empecinamiento por obtener colores muy intensos al estilo de los óleos, acrílicos o pasteles nos lleva a destruir la obra por sobrecarga de pintura y agua.
Las acuarelas no funcionan así. Insistimos.
Capas y paciencia
Para obtener colores más intensos, los artistas de acuarela deben aplicar múltiples capas, dejando secar cada una antes de aplicar la siguiente. Este proceso requiere paciencia y planificación, pero puede resultar en una profundidad y riqueza únicas.
Para pintar con acuarela necesitas ver el objetivo antes de alcanzarlo. Debes imaginarlo antes de pintarlo, antes de que el pincel toque el papel. Y debes imaginar ese objetivo como un proceso, desgranando cada paso para saber cómo alcanzar la obra pretendida.
Pero no todo está perdido: practicar y practicar
Las acuarelas, con todas sus limitaciones, ofrecen una belleza única que otros medios no pueden igualar. La incapacidad de usar el color blanco de manera convencional, la dificultad para corregir errores, la falta de textura gruesa, el control limitado sobre el flujo del agua y la menor saturación de color son aspectos que definen el arte de la acuarela.
Comprender y abrazar estas limitaciones permite a los artistas aprovechar al máximo este medio encantador, creando obras que brillan con luz propia y capturan la esencia de la transparencia y la fluidez.
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